Jugando entre la nieve SE03/e1
22 de Septiembre 2001
La tormenta arrecia, el blanco jode y jode con fuerza los paneles transparentes de aquel Snow traveler, uno de esos vehículos orugados especializados para recorrer largas distancias el cual ahora como transporte de tropas y personal calificado recorre en una interminable fila india aquel desierto helado, en plena tormenta la estructura rodante se estremece y baila de lado a lado a merced de las ráfagas de casi 120 kilómetros por hora, sin arboles ni obstáculos naturales, el viento se acelera a su paso de las planicies árticas formando un escudo impenetrable a la vida humana.
Sin tenerle ni temerle el pensamiento de ser lo único vivo que pudiera poner pie u oruga en eones por estas áreas incivilizables me asalta constantemente…
Piensas en voz alta – dice uno de los soldados a mi lado, llevaba un profesional atuendo aislante anaranjado, sobre el hombro derecho la bandera de los estados unidos del otro algún logo de la marca comercial que le fabrica, bajo de esta una obscura p90 con un grupo de cargadores unidos por cinta duct tape, si esto es una operación científica, que diablos hacen hombres armados entre nosotros? Salvarnos del temible hombre de las nieves?
No vendría de vacaciones jamás en lo que me resta de vida – El grupo de naranjas soltó una ahogada carcajada, entre las caras sonrientes varias banderas en los hombros de sus trajes protectores, varias naciones armadas en una sola operación, solo puede significar problemas.
Valdría la pena reconsiderara esa ultima frase camarada científico, decía un enorme hombre en acento nativo del Kiev, pasaremos enormidades de buenos momentos en una de las acomodaciones con una de las vistas mas preciosas del mundo….
El intercom del transporte resonó estáticamente con una voz procedente de un idioma ininteligible para mi, los soldados y el personal se apresuraron para asomarse por los panorámicos del vehículo, a la lejanía potentes luces rasgan la obscuridad, en medio de ella un gran pico de hielo, a su alrededor, algo que parecía mas una ciudad a una instalación simple de investigaciones.
Fénix, dijo entre dientes el americano, que me lleve el diablo!
El convoy apresuro la marcha en medio de aquella tormenta gélida, a nuestros lados luces pequeños emplazamientos de edificios de comunicaciones comenzaban a poblarse sobre nuestro camino, pero el que mas llamaba la atención era aquel a la lejanía con forma de chimenea, humeaba y humeaba, al parecer un generador geodésico, nada en mi mente si no todo lo que soy me recordó por el negro humo algo que algún libro de historia me sugeriría una instalación de…
El transporte paro súbitamente, estrellando en la desaceleración mi cabeza torpemente contra el respaldo de metal, caramba, media vida en MIT no me valía perder mi dignidad en medio de un montón de gente extraña, yo estaba preparado para trabajar en ambientes estériles, mi máster en tecnologías avanzadas me valió de varios reconocimientos y de un trabajo en el departamento de investigaciones avanzadas de una popular compañía de equipos de comunicación norteamericana y la oportunidad de ponerle las manos encima hace 6 anos a un dispositivo extraño que revolucionaria las comunicaciones celulares bajo nuestra investigación, desde la arquitectura, el manejo de data, era como una computadora de miles de terabytes incrustada en un dispositivo que aun hoy día solo pudimos emular mas no copiar, ese fue el gancho para venir me recordaba, si un simple gizmo pudo causar toda esa bella reevolucion en nuestras comunicaciones, imagina el mundo frente a tus ojos que veras el día comprendas de donde viene esto, me dijeron, ahora no se si vale la pena.
Hombres en un pesado armor negro y cascos con escafandras obscuras abrieron intempestivamente las puertas del oruga y mientras vociferaban que bajáramos buscaban en todos nosotros algo, que no lo se, alguna cámara o dispositivo de grabación?
HE! Eso es mi equipo!- grite desesperadamente mientas fui instantáneamente encañonado por el resto de aquella tropa letal.
Doctor Gregory Simmons? –sonó pesada la voz al parecer por la mascara que le apretaba el rostro- vuelva inmediatamente a la formación o será considerado hostil y será contenido como tal!
Si ese era mi nombre Gregory Simmons y por lo que veo nunca fui considerado un gran invitado, así que retrocedí lentamente con las manos en alto mientras aquellos trogloditas destrozaban mis maletas y su preciado equipo, incluida mi colección de dvds sobre batallas épicas del History Channel, carajo era una edición especial!
A mi lado casi insonoramente el soldado ruso de antes se reía de mi suerte mientras me recordaba que serian las mejores vacaciones de mi vida.
El club de bienvenida.
Fuimos escoltados con las manos sobre nuestras cabezas como uno viles y malolientes criminales, en fila y en medio del frio inmenso fuimos exigidos de quitarnos nuestras ropas.
Esto es intolerable, grito un hombre avanzada edad, en alguna parte seguro le conocería, su acento era ingles pero aun así tenia una cierta patada de rusko, su plegaria no fue contemplada, fue despojado de toda su ropa, temiendo el mismo trato comenzamos el traste todos los demás en la fila, hombres soldados y mujeres, porque de que las teníamos las teníamos, logre contabilizar a 6 de ellas, para evitarme la pena de encontrarme mas tarde con una superior enojada por mi perversión aparte la vista antes de darme por evidencia.
Algo grito uno de los uniformados, seguido por la voz en ingles de otro oficial, nos pedían que giráramos al parecer estos pervertidos hijos de perra estarían afectados por la soledad de aquel lugar y querían un poco de diversión, pero de pronto una luz violeta de amplio espectro reemplazo al blanco mortecino de las lámparas tradicionales, buscaban algo, algo biológico?
Entre mis pensamientos una vez mas las luces cambiarían a rojo y de nueva cuenta a blanco, al quedar todos en nuestra posición original pudimos ver un hummer aparcarse frente a aquel espectáculo de circo, de el un grupo de soldados bajaría rápidamente ropas de color amarillo y uniformes de color negro, supongo que aquí militares y civiles nos separaríamos del convoy, lo cual resulto ser cierto, al terminar urgentemente de ocultar nuestras miserias de los ojos punzantes y el frio mortal una voz sonó de los parlantes de la base misma, entre los ecos y el frio una voz aparecía desafiante.
Bienvenidos al iglú señores, lo que acaban de presenciar es solo nuestro compromiso con la seguridad suya y de nuestro personal, de su obediencia a las reglas y su respeto a nuestra gente se garantizara una placentera y cooperativa estadía- la voz hace una pausa- esto no es Eu ni ningún país regido por alguna punetera ley o presidente, esto es la punta de lanza de algo mas grande que ustedes o cualquier gobierno actual o futuro, serán instruidos en las reglas y condiciones mas tarde, -continuo la voz- los equipos científicos y tácticas especiales serán convocados a la sala de juntas a las 1100 horas, señores consideren esta noche de sueno como mi único y ultimo presente, buenas noches.
La vos se perdió entre los ecos los gritos de las tropas y el fuerte viento, carajo no podía sentir mis pies ni mis piernas ni… caaaramba hace demasiado frio…
Por fin nos toca turno entramos en fila un grupo de 12 incluido en anciano y las mujeres, al acercarnos a la instalación pudimos ver la inscripción “cuarentena y descontaminación” inscritas en el tope de las puertas de presión, las cuales de manera significativa soltarían un silbido mientras una ráfaga de aire caliente topaba amablemente en nuestros cuerpos, entraríamos ordenadamente, el lugar era cálido artificialmente, tenia las paredes de un color anaranjado encendido, los muebles minimalistas, revistas en las mesas y una área de comedor eran visibles de inmediato junto a las cafeteras y dispensarios de nuestra cena.
Después de cenar, la mayoría presentaba el golpe de cansancio del viaje y la hora que nos dictaba nuestro reloj biológico, pero aparte de las instalaciones de la sala y la pequeña cafetería no existía facilidad alguna para tirar un reparador sueno mas que el piso mismo, comenzarían las puyas por las sillas sillones y mesas, sin embargo para mi no eran importantes, noches interminables de experimentos, diseño y partidas de HALO me acostumbraron a dormir donde quiera que fuera cómodo para mi cuerpo, así que tome una de las esquinas y me acomode como can de fogata, no sin antes desear sin cesar por un jodido mingitorio, el café comenzaba a obrar su camino digestivo, pero como todo lo demás debería esperar.
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