Donde esta Jorge?

Diario de Jorge Carrillo
La noche de la bestia

Abrir los ojos, es como nacer, abrimos los ojos todos los días, pero jamás nos damos cuenta de lo valioso que puede resultar ese simple momento, la luz entra por nuestros ojos y el mundo se revela color a color…

Mi nariz ardía, aquellos olores a mí alrededor eran insoportables, el olor a pus... es el olor a muerto...

Mi piel sentía frió, mi espalda incomodidad, comencé a sentir un pinchazo agudo en mi pierna, la herida de bala estaba suturada y correctamente vendada, pero al otro extremo de la meticulosidad con la que fui sanado, estaba encerrado en una jaula metálica para animales, suspendido a mas o menos medio metro del suelo, estaba en una bodega...

Mis oídos despertaron y me alertaban de que no estaba solo... una orquesta de quejidos lastimeros golpeaba mi alrededor, las palabras ayúdame... un medico... me devolvieron a la realidad todavía inconclusa de aquel sueno inducido por la morfina que me administrarían para controlarme y tratar la herida...

-Hola, me quieres? Decía una voz infantil frente a mí, venia de otra de las jaulas, mis ojos aun estaban pardos y no podían enfocar del todo...
-Yo te quiero... (risillas) repetía mientras la imagen se alejaba de mí...

Era como la voz de un niño, de algunos 6 anos... demasiado dulce...

Mis ojos regresaban lentamente a la normalidad, podía ver a mí alrededor... docenas de camas de hospital estaban acomodadas sin patrón alguno, solo algunas protegidas por cámaras herméticas y sabanas azules... esto era un hospital?

-Hola, me quieres? La voz seguía allí frente de mí... tan cerca pero ahora me daba la espalda... se guarecía en la esquinilla de su flotante celda...

Un escalofrió recorrió mi espalda una vez mas... mis ojos ahora enfocaban claramente... llevaba un trajecillo azul de hospital, las manchas carmesí eran obvias... pero....estaba vivo?

-Ven... me dijo... me recordó el canto de las diabólicas sirenas a los navegantes...

De un salto aquella criatura se estrello contra los barrotes de su celda balanceándose así violentamente para terminar golpeando la mía, su voz ahora se transformaría en un gruñido sacado desde las profundas heridas de hades, aquello era una de esas cosas!

-Te gusta? Gruñe una voz, pues sera tu mejor amigo si no me das lo que quiero...

El reanimado dentellaba desesperadamente, mientras sus manos descarnadas trataban con furia de alcanzarme en cada balanceo de su frágil detención.

-Hijo de tu puta madre, le escupí, sácame a la chingada de aquí antes que me mate!
-Entonces creo que tu hermano va a sobrevivir...
-Mi hermano, que diablos estas diciendo?