EL ESPEJO
- Muchachos, era la tierra, era nuestro planeta!, grito casi entre dientes desesperada, la imagen del planetoide, era la panguea terrestre, puedo reconocer áfrica en cualquier parte del mundo estoy segura!
Las luces del complejo cambiaron de color, el ámbar era ahora dominante y luces en el piso nos comenzaban a guiar a nuestras nuevas estaciones de trabajo, de un rápido adiós y un abrazo que en mi caso y la joven se prolongo por unos segundos de mas, en unos susurros ella me alcanza a decirme que cuide de mi, que desea verme de nuevo, caramba lugares extraños para conocer gente importante para la vida, en medio del circulo ártico y varios kilómetros bajo tierra, eso debería de ser amor, si no lo es…
En mi caso el prominente Noa descansó una de sus peludas manos en mi hombro, era tiempo de irnos.
Caminando por el anillo me di cuenta que nuestra área de trabajo era la mas alejada, Noa caminaba pensativo y en silencio, mientras una mezcla excitación y miedo recorría toda mi espina dorsal, solo esperaba tener acceso a una terminal de computador, cinco minutos pensé, descubriré directamente de la fuente que diablos esta pasando.
- No te lo recomiendo, susurro Noa.
- No me recomienda que amigo mío? Conteste asustado, como diablos?
- Cualquier cosa que estés planeando, primero déjame mostrarte y después decide
Que demonios? Este tipo de aspecto patético, que en medio de una calle no le tomaría el más mínimo de los aprecios podía saber que diablos estaba dentro de mi mente?
- Las respuestas están detrás de la puerta, dijo en voz cansada mientras reclinaba el peso de su cuerpo en aquella pared metálica, de seguro una de sus rodillas le causaría dolor, el sobrepeso quizá
- El viaje y tanta jodida fiesta tiene que valer la pena…
- Ho, si! Vale la pena! Si en realidad tienes lo que hace falta?
La luz ambiental cambio de color nuevamente y los paneles a los laterales sellaban la parte del túnel que nos precedía directo a la puerta, del cielo falso sobre nuestras cabezas unas pipetas comenzaban a descomprimirse, nos esperaba un nuevo baño de burbujas.
- Entonces mi querido amigo entramos?
- Después de usted dije con amabilidad.
Cientos de litros de un liquido transparente se derramaron en segundos, de nueva cuenta los espasmos y la desesperación, pero esta vez no era liquido respirable, era simple agua, helada, a punto de congelación, fue demasiado tarde cuando deje de intentar de tragarla, la inconsciencia vino a raudales, pero antes de perder todos los sentidos pude ver que la puerta adquiría la consistencia de un espejo, y me succionaba hacia adentro, solo cerré los ojos cuando mi cabeza se estrello dentro de aquella superficie reflejante que me rodeo congelándome completamente.
MATANDO AL DINOSAURIO
Una suerte similar correrían los tipos del equipo de paleontobiologia e investigación documental, serian impregnados de nueva cuenta en aquella solución bioestatica, el color de esta seria ambar y de nuevo después de la mala pasada de aclimatar el organismo el quipo procedió a entrar al gigantesco laboratorio de investigación, las dimensiones de este serian exagaredadas, pues entre las salas esteriles y equipo avanzado estaría la sala de conferencias dormitorios y demás instalaciones dentro de un mismo esacio del tamaño de mas de una cancha de futbol americano, aquello era exagerado dentro de un cubo impenetrable franqueado por paredes de grueso metal y vistas falsas de plexiglás que simulaban las puntas de edificios, dando un aspecto de oficina urbana, lo cual reduciría psicológicamente la claustrofobia, era avanzado comodo y necesario, pero una prisión al fin.
El ambiente aunque la mayoría del equipo no quisiera reconocerlo después de bajar del cohete de la exitacion seria el de la desesperanza, el solo imaguinar el interminable proceso de entrada hacia pensar que la subida seria igual o mas tortuosa, de seguro el grupo seria elegido con su capacidad de resistencia a espacios cerrados para evitar el conocido síndrome del cabin fever, mismo entrenamiento u procedimiento estándar para las misiones espaciales que dependerían directamente las nuevas reglas de la nueva EEI (Estacion Espacial Internacional) protocolos que exigirían nervios de acero y eran instituidos como básicos para futuras expediciones espaciales a pun tos relativamente cercanos como Marte en un brillante futuro próximo.
Cada area personal estaba firmada con números claramente visibles, la Paleontobiologa Susan Archer y el el Medico Criminalistico Aaron Lewis estaban en medio de un grupo de 3 mas, un químico farmacobiologo de nombre Andres Martines, egresado de la Universidad Nacional Autonoma de Mexico, en alguna parte uno de sus artículos sobre organismos capaces de resistir por periodos inconmensurables de tiempo dejaría a alguien perplejo como para atraerle, Karola Varendizka inmunóloga y especialista en enfermedades infecciosas, reconocida en su trabajo en los círculos cercanos a el gobierno de la exunion soviética, una “cometa” que vagaría en busca de trabajo al caer el régimen rojo, desapareciendo de la escena por varios anios hasta ahora, y Vince Bourden un germano australiano especialista en química composición y variables sanguíneas, una profecion perfeccionada con gusto después de vivir en la isla mas grande del mundo desayunando entre serpientes y antevenenos caseros cerveza y buenos humores.
La consistencia de aquel liquido era mas amigable permitia movimientos mas precisos que solo flotar en una psicina, la sensación era de una admosfera mas cercana a la nuestra pero el contacto con el liquido, seguía siendo agradable y limitante, pero ya a un nivel menos denso, nuestras ropas eran plásticas, o almenos asi parecían, se pegaban al cuerpo por la adhesión, templado y agradable lleno de luz ambar y en medio de la sala la joya de la corona…
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