Jorge Carrillo’s INFEXION

TODO ENCAJARA EN SU LUGAR NO SE PREOCUPEN....

SALVA A LA BAKA!

LA BAKA ESTA VIVA! ESTA VIVA! (GRACIAS POR TU APOYO BAK! COMO SIEMPRE AL PIE DEL CANON!).

Jorge Carrillo's INFEXION: November 2006

Monday, November 13, 2006

El agujero del DIABLO

Una oscuridad abrasadora domino aquel reducido espacio, aquel confinamiento a un metro bajo tierra era húmedo y olía mal, de seguro aquel infante descargaría en sinnúmero de ocasiones orines y demás, por miedo o por necesidad, dejando momentos de inmundicia a nuestro alrededor.

-Quien es usted? Que le paso a mi papa?, sollozo el niño-

Busque a tientas la fuente de la voz, pero entre los llantos por fin resonó la temida explosión....

Fue como, como si el silencio por segundos dejara de existir en medio del caos absoluto, como la colisión de miles de antiguas locomotoras, como millones de llantos juntos al unísono, como la sonora carcajada de la muerte sobre nuestras débiles y perdidas almas desnudas ante sus garras...

Por una docena de segundos interminables la tierra tembló violentamente desgajando el techo de aquel refugio de cemento, pedazos de la oruga del tanque sobre nuestras cabezas llovían por toda la habitación donde solo un agujero en nuestro cielo quedaba de donde antes se encontraba la puerta del refugio y nos mostraba la magnitud de la desolación, como estar en medio de un poderoso tornado en el centro de Kansas, el aire era halado de nuestros pulmones con crueldad, ya con la claridad diáfana logre encontrar al niño que se aferraba a un poste metálico y de un abrazo le cubrí el cuerpo del inmundo calor que en segundos se torno insoportable, era el fuego era el propósito que tenia como fin purificar la maldita infección que corría por nuestras tierras, el efecto adverso de detonar un arma nuclear, miles de grados centígrados esterilizando inclusive el aire que perdíamos de nuestros cuerpos, en aquel instante solo podía pedirle a dios que todo terminara.

Aquel poste metálico comenzaba a calentarse y la piel nos urgía soltarle en respuesta a las quemaduras que comenzaban a salir de nuestras manos, el niño fue el primero en soltarse, para su fortuna mi voluntad estaba aferrada en salvarle, si fuera por unos segundos mas lo que tardarían mis manos en quedar inservibles, la piel se ampollaba como cuando en un asado presionas las salchichas sobre la parrilla, el dolor era indescriptible.

Algo golpeo mi cabeza......
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