Muerte súbita

Madrugada del día 12

Nos dábamos cuenta de la realidad del asunto al ver que el Master un tipo rudo que hubiera fácilmente pertenecido a la guerrilla colombiana, completamente marcado de cicatrices de otras épocas u batallas estaba fría y completamente muerto.
A pesar del hedor a mierda que le rodeaba teníamos que acercárnosle para mínimo patearle o tirarle fuera del bote, algo cruel lo confieso, sobre todo a la hora e decidir quien seria el santo que le entregaría al mar los nauseabundos remanentes cacosos de nuestro buen amigo y compañero Joaquín Salazar mejor conocido como el Master…
Destapaba lo que quedaba de una generosa cajetilla de Lucky Strike, un par de cigarros sucios y torcidos mientras pulsaba el encendedor incluido entre los mandos de aquella embarcación de carrera, un lujo de millonarios o una buena herramienta de traficantes algún día pensé al verlo por primera vez sobre el muelle, era uno de los tantos pensamientos con los que trataba de distraerme a la idea, que después de tirarle a los mares, quedara alguien vivo para hacer lo mismo con mi cuerpo fatalizado por la falta de alimentos o agua, que seria evidente después de pensar dos veces lo de volvernos cazadores por el riesgo a tan patético final… llenos de mierda.
Así mientras le daba la ultima de las tiradas a mi viejo vicio, le di la espalda al cadáver cerrando profundamente los ojos, buscaba un poco de fuerza entre la tormenta de mis pensamientos cuando sentí una pesada y hueca respiración sobre mi hombro, al abrir los ojos mire a mi Charlie con una mirada desencajada señalar a mis espaldas, la señal era obvia tan simple como los moscardones que comenzaban a revolotear sobre mis oídos como motoristas infernales, algo no estaba bien.

-Esta detrás de ti, gimió Cha
-No me jodas, suspire.

Me lance al frente al tiempo que el máster se abalanzaba sobre de mi, su rostro ya no era el mismo, al darme de nalgas frente de el y aun lado de mi aterrado compañero pudimos contemplar una escena de Freak Show, Máster tenia la piel grisazul violeta, sus ojos completamente hundidos en las cuencas se desorbitaban como los de un reptil como si tratara de ver en direcciones opuestas o que demonios podría saber yo?, sus venas eran otro de los ascos a contemplar, parecerían hinchadas al punto de la explosión, podía verse la sangre correr por ellas, era algo dantesco…

-Cabron hijo de puta, le grite con ansias, no obstante nos cagas, te levantas y nos das un susto del carajo, que diablos te crees?

La respuesta por parte de aquel badajo de carne fue nula, solo s limito a seguir arrastrando los pies en nuestra dirección derramando sangre espesa desde sus labios hinchados y cagada de entre las piernas flacas cubiertas por unas viejas bermudas.
Charlie se incorporo un poco anonadado, solo recuerdo que siguió hablándole hasta que aquel fiambre se le fue enzima.
De alguna parte aquel cuerpo moribundo obtuvo la fuerza suficiente para en un par de segundos encontrarse mordiéndole la yugular a Charlie, entre los jaloneos la sangre empezaba a salir a presión desde su cuello incompleto, mientras aquel infernal máster lanzaba un alarido de placer mientras la sangre fresca de aquel mocoso le escurría entre los dientes.
No podía entender que carambas pasaba, era victima de alguna broma del mismísimo señor de los cielos?, no le resultaba divertido vernos morir lentamente y ahora nos manda a una de sus creaturas del averno a terminar de cagarnos el día?.
Cha cayo al suelo tratando de contener la perdida de sangre en su cuello con sus manos balbuceando por ayuda al mismo tiempo que tratando de respirar se ahogaba con su propia sangre…

-Te va a cargar la chingada!

Dije mientras disparaba mi 45 sobre el pecho de ese mierdoso, una a una las ojivas lo hicieron retroceder y arquearse del dolor, solo para reincorporarse un par de segundos después, las balas lo suficientemente poderosas como para derribar a un percherón, no surtían efecto sobre aquel antes llamado mi amigo, los imponentes agujeros en el pecho dejaban entrever la claridad de la luna a sus espaldas, esto era una pinche broma!
Sin pensarlo dos veces y antes de que aquella cosa me alcanzara me arroje al océano esperando que aquello lo que fuere no supiese nadar, lo cual comprobé cuando al verse impedido por el limite del bote regreso sobre sus pasos para rematar a Charlie…

Dios mío todavía puedo escuchar sus gritos…